lunes, 23 de marzo de 2015

Alguno era partidista

Con motivo del ya inminente inicio de las campañas y los apasionados posicionamientos de muchos, recordaba lo que nos decía Carrón, que no sirve cualquier pertenencia para resolver la cuestión de la vida. La afiliación a un partido, a una organización, a un grupo o a un movimiento puede en el fondo hacernos vivir como seres divididos, como partidos en dos. Por una parte la razón "política", y por otra, Yo y mi vida. Mucho nos quejamos de los políticos que dicen una cosa y hacen otra, pero caemos en la misma tentación con la finalidad de justificar algo que ni nosotros mismo muchas veces hemos verificado. Prueba de esto es lo difícil que es tener amigos sinceros dentro de un partido.
Lo describía dramáticamente (a la vez de un modo divertido) Gaber en este monólogo que proponía Carrón en el inicio de cursos, "alguno era comunista": "¿Se ha mostrado esta pertenencia capaz de responder a los desafíos de la vida, a ese deseo de cambio? Resulta sorprendente la honestidad de Gaber a la hora de reconocer el resultado de esta verificación: «¿Y ahora? También ahora me siento como dividido en dos: por una parte el hombre integrado que atraviesa obsequiosamente la rutina de su propia supervivencia cotidiana, y por otra la gaviota, que ni siquiera tiene ya la intención de volar, porque ahora el sueño se ha encogido. / Dos miserias en un solo cuerpo» («Qualcuno era comunista». G. Gaber y A. Luporini)".

Dejo el video del monólogo:

lunes, 19 de enero de 2015

¿Para qué sirve la ética? Por Adela Cortina